La obra alcanza un punto donde cada actor ya tiene sus líneas, y se encuentran en el lugar indicado para recitarlas, a la espera de la orden del guion. Lo que podría parecer una serie de conveniencias —algo que ya anunciaba la constante reaparición de siempre los mismos rostros— se sostiene gracias a unos cimientos que han resultado ser todo el trabajo de los 15 tomos precedentes.