En este tomo se encuentra uno de los puntos más importantes de todo este manga, la amistad... pero presentada una forma mucho más madura. Y me parece acertado que Robin sea la encargada de mostrarla, puesto que en edad es la mayor de los mugiwaras. Nuestra arqueóloga dice abiertamente que es capaz de sacrificar a todo el mundo con tal de mantener a salvo a sus queridos amigos. Ella no es una heroína, no es alguien con una moral y ética de hierro, es una mujer que solo quiere cuidar a sus amigos... ¿acaso ustedes no harían lo mismo por su familia o un ser querido? Exacto, es una respuesta muy fácil de dar y normal, pero que pocas veces se presenta en los shonens, por eso es tan importante, porque refuerza su lado humano, la vuelve más creíble... y en pocas palabras, en una mejor personaje.